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+ momentosLas terrazas de Morcote te recuerdan constantemente la presencia del lago.
Y por lo que parece, las personas que decidieron ser enterradas aquí tampoco querían olvidarse de él.
El cementerio monumental de Morcote muestra el talento de sus habitantes a lo largo de los siglos para generar espacios sublimes con su ingenio y destreza. Aquí la muerte no es sombría ni triste. Es una celebración de la belleza de la vida.
En ningún lugar cuentan mejor la historia de Suiza que en el Landesmuseum.
Un museo que relata la evolución de la cultura helvética de forma didáctica y entretenida. Para no quedarse únicamente en un lugar que recoge el pasado, los responsables del museo encargaron una nueva ala a los arquitectos Christ & Gantenbein que se inauguró en 2016. El resultado es un espacio que se integra a la perfección con el edificio original, inaugurado en 1898. Cuenta, además, con la escalinata más instagrameable de Zúrich.
Robert Cappa decía que «si una foto no es suficientemente buena es porque no estabas suficientemente cerca».
Decidimos aplicarnos el cuento. Desde la calle no alcanzamos a captar el poderío de esta fachada, así que decidimos acercarnos un poco más. El edificio de enfrente estaba abierto. Subimos las escaleras de emergencia hasta llegar al cuarto piso, abrimos la ventana y ¡zas! ¡Lo teníamos!
Vivímos en la era de la estética; de lo visual y lo instagrameable.
Los demás sentidos acaban siendo olvidados e ignorados. Pero en la sala de conciertos del KKL Luzern es al revés. Lo que se escucha tiene muchísima más importancia que lo que se ve.
Este templo del sonido está custodiado por tres pesadas puertas. Cada una de ellas filtra y bloquea cualquier interferencia sonora del exterior. Escondido en el suelo, el sistema de ventilación bombea aire tan silencioso que es imperceptible al oído humano.
Todo está medido al milímetro para que nada se interponga entre la música y el espectador. Cincuenta compuertas se abren y cierran según el tipo de concierto. El control absoluto de las ondas hace que el rebote de las notas en la pared se amortigüe, evitando ecos molestos para los músicos.
El responsable de esta obra maestra de la música fue Russell Johnson (1923-2007), contratado por el arquitecto Jean Nouvel para velar por la acústica de la sala. El francés definió la experiencia como «una verdadera aventura en la que inventamos algo nuevo». Nouvel quedó tan impresionado por la sabiduría de Johnson que lo acabó apodando «el guardián del oído».
Esta foto se tomó en Berna, pero podría haberse tomado en cualquier ciudad helvética.
Las fuentes urbanas en Suiza tienen un doble propósito: decorar el paisaje urbano y ofrecer agua potable, que fluye de manera constante.
La capital tiene una en cada esquina. Zúrich tiene más de 1.200.
Escucha el sonido hipnotizador que produce el agua cuando cae de las fuentes. Utilízalas como recordatorios para parar y descansar. No la compres embotellada; es un sinsentido cuando se tiene acceso a agua que probablemente se originó en un glaciar suizo.
Oblígate a parar o te perderás muchas cosas.
Suena contradictorio, pero no lo es. Ya no viajamos como en el pasado. Los tiempos son más cortos y se busca hacer lo máximo posible en el tiempo asignado. Es lógico.
Pero viajar no es solo moverse a toda velocidad o coleccionar cromos en Instagram Stories. Viajar también es reservarse un rato cada día para no hacer nada. Sentarse en un banco mirando al lago de Lucerna, levantar la mirada y asimilar lo que estamos viviendo.
Oblígate a parar para no perderte muchas cosas.